Sudán del Sur: de las luchas por el ganado a la guerra por el poder político
Malakal, Sudán del Sur, mayo 2014
Los hombres fuertes de Sudán del Sur han firmado una extraña tregua, sin apenas hablarse ni mirarse a los ojos, resultado de la presión de EEUU. La siguiente entrevista a Elena Balatti es una lectura sobre esta guerra. Entrevistador y entrevistada, sentados en la capilla del campo de desplazados de la ONU, en Malakal, mientras los rebeldes del ex vicepresidente de la República, Riek Machar, y el Ejército Blanco ocupaban la ciudad.
Elena Balatti, o Sister Elena, es monja comboniana, italiana, directora de la Radio Sout al Mahaba o La Voz del Amor, la emisora católica del estado petrolero Alto Nilo. Es una mujer en hábito decidida a poner en pie la emisora cuando la guerra en Sudán del Sur acabe. Dice con pleno conocimiento de causa que la inversión para la reconstrucción de la emisora será en tecnología ligera y barata. "Si hay que salir corriendo de nuevo que sea posible cargar el archivo sonoro, las cuentas, la información…". En diciembre del año pasado, mientras los rebeldes entraban en la emisora que dirige y robaban coche, computadoras, memorias, micros… Sister Elena pensó ´nunca más´.
Esta entrevista fue realizada en la capital del estado, Malakal, por WorldCom Foundation-LolaMora Producciones (WCLM) el 19 de febrero. Sister Elena y las otras monjas de la congregación tuvieron que abandonar su casa y refugiarse, ya no quedaba nada que rescatar y su vida corría peligro. Entrevistador y entrevistada, sentados en la capilla instalada en una de las carpas del campo de desplazados de la ONU. Ambos atrapados, al igual que más de 20.000 personas, mientras los rebeldes del ex vicepresidente de la República, Riek Machar, y el Ejército Blanco se tomaban la ciudad con enorme violencia, matando, violando y secuestrando a nueve chicas. El estado Alto Nilo sigue sufriendo constantes ataques desde entonces. Es uno de los focos calientes de la guerra en el país más joven de África.
WCLM: Esta es la tercera vez que Malakal ha sido ocupada y saqueada. Casas quemadas, personas asesinadas, bancos robados… ¿Por qué está sucediendo una vez más? ¿Cuál es la lógica?
Sister Elena: El país ha entrado en una crisis muy seria que no podemos decir que fuera completamente inesperada. Los sur sudaneses decían que hasta la independencia tenían un enemigo común y con ella, había asuntos internos que tenían que ser resueltos. Hay elementos en la historia de este país como la rivalidad entre diferentes grupos étnicos, antes era por tierra, ganado y recursos, rivalidades que suceden desde sus ancestros. Cuando la independencia llegó, y los sur sudaneses tuvieron la tierra en sus manos, un nuevo elemento entró a jugar, el poder político. El poder político se ha convertido en la cuestión central, lo que importa es quién controla el país, ya no es la tierra o el ganado. Algunos políticos tienen mentalidad bélica y el proceso para adquirir una actitud diferente de la militar lleva tiempo. Para ellos, tener poder político es una ganancia, no un servicio público. Lograr tener las mejores tierras y los puntos de agua era lo realmente importante para algunas etnias, en el pasado. Pero hoy algunas tribus, y no se puede generalizar, ven que el poder político es el logro más importante para su gente y su tribu. Esto es muy complejo y yo no puedo hacer un análisis profundo pero es mi opinión sobre lo que está ocurriendo.
Hay otro asunto, algunos políticos han explotado su pertenencia tribal para ganar seguidores y reclutar apoyo militar, ya no hablamos solo de simpatizantes sino de grupos que dan apoyo usando la fuerza militar. Así que esta crisis es el resultado de las tensiones que siempre han estado bajo la superficie entre líderes del SPLA o líderes de diferentes tribus y que son luchas ancestrales por la tierra y el ganado. La arena se ha movido de las batallas con machetes, por el ganado y los recursos, en zonas rurales al campo político por el control del país, donde usan más armas y mucho más sofisticadas.
Los diez estados de Sudán del Sur se dividen en tres grandes provincias históricas: Bahr el Ghazal, Ecuatoria y el Gran Nilo Alto (región petrolera donde se sitúa Malakal).
WCLM: ¿Es la misma situación para todo el país o solo para los ecuatorianos (población que vive en los tres estados del sur)?
Sister Elena: Sí, este país fue creado sobre un mapa, una crítica a la actuación de los poderes coloniales. Los analistas coinciden en que hubiera sido mejor si la gente hubiera sido consultada y hubieran existido divisiones político-administrativas según tribus. En la práctica es difícil imaginar cómo porque hay 60 tribus en Sudán del Sur, difícil imaginar un país para cada una. Pero está claro que deberían haber participado en definir al menos el sistema político porque cada tribu tiene una aproximación al poder diferente. En este sentido, los ecuatorianos son tribus con una aproximación al poder diferente comparados con los nilóticos (población de El Gran Nilo Alto y Bahr el Ghazal) definitivamente, y durante la guerra por la independencia su participación tuvo un perfil más bajo que la de los nilóticos. Y ahora es demasiado pronto para que ellos tengan algo que decir en los asuntos políticos del país. La historia es aún muy reciente en este sentido. Quizás después de esta terrible rebelión actual, incluso los políticos que hoy usan el poder de las armas vean el sentido de la paz.
WCLM: ¿Cómo ves el futuro del país, puede salir algo positivo de esta crisis?
Sister Elena: Cuando esta rebelión –que ha cobrado proporciones enormes- termine, lo cual tomará tiempo, no sabemos qué va a pasar; si el país va a permanecer unido o no. Vamos a ver si los políticos son lo suficientemente sabios como para ver que esta terrible situación es una advertencia de que cualquier conflicto interno –que inevitablemente afecta a cualquier país- debe ser resuelto a través del diálogo político, la negociación y la diplomacia; y que jamás vuelva a darse apoyo militar por simpatías o lealtades con un político o por pertenencia tribal. Precisamente este asunto de las pertenencias tribales es lo más sensible, creo que esta experiencia-crisis ha mostrado lo peligroso que puede ser jugar con este sentimiento con gente que ha convivido mucho tiempo y a los que se pone en contra por ninguna razón. La confrontación que está ocurriendo estos días para destruir casas, tierras y propiedad, por la única razón de pertenecer a una tribu u otra, al fondo, no es suficiente razón para llegar al extremo en el que estamos ahora. Creo que si los políticos logran crear un espíritu nacional no tribal, si logran crear progresivamente un sentimiento nacional más fuerte que el tribal y convencen a la gente de que están ahí para resolver los problemas de todos los ciudadanos de Sudán del Sur, las asperezas se irán limando…No quiero usar una expresión tan fuerte pero sí, las relaciones irán suavizándose. Creo que la comunidad internacional, como la Unión Africana, debería ayudar a Sudán del Sur a salir de esta crisis. Y Sudán del Sur debería aceptar la ayuda. Y empezar de nuevo otra vez.
WCLM: ¿Qué función tiene la emisora en Malakal? Teniendo en cuenta que las heridas son profundas y que no tienen cobertura en Nassir (un enclave importante en la actual guerra por el control del Alto Nilo).
Sister Elena: Sí los medios de comunicación tienen un rol importante en difundir mensajes de reconciliación, y así lo ha establecido la Conferencia Episcopal. Esta mañana, una mujer nuer me decía: ´cuando todo pase tenemos que preparar mensajes dirigidos a las madres porque ellas son las que están en casa ahora diciendo a sus hijos, maridos y hermanos: vayan a vengar la muerte de los familiares que nos han asesinado´. Ella me decía que las mujeres están alimentando el conflicto porque están dolidas y si continúa así, el conflicto nunca acabará. El plan para la radio es ampliar la cobertura de la emisora a todo el estado. Cuando llegue la paz, pondremos este plan en marcha y llegaremos a Nassir.
WCLM: ¿Algo más que quieras añadir?
Sister Elena: Lo que estamos viviendo estos días no tiene precedentes en la historia de Sudán del Sur, es un juego del diablo, pero la buena voluntad de la gente reconstruirá esto. Desde tiempos ancestrales, las mujeres juegan un papel positivo y también ahora lo tendrán, para reconducir esta terrible situación.
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