Verbo mata carita o c贸mo enamorar en serie y forzar a la prostituci贸n

Texto Marta Sanuy
Fotograf铆as Alitzel Gonz谩lez

Existe en el mundo un manual no escrito, patriarcal y machista que consiste en palabrear a las mujeres; su uso se ha extendido en ciertas partes de M茅xico. Este palabreo busca seducir mujeres y tiene un objetivo final, criminal: prostituir a la enamorada. El Manual de los padrotes mexicanos ense帽a un patr贸n de conducta que acaba por borrar la identidad de las mujeres; todas son v铆ctimas de la misma historia, que es una, pero son muchas. En el devenir de las historias contadas a la autora, se construye este relato que cuenta con una voz colectiva y an贸nima, con el fin de no aumentar la inseguridad en la que ya viven las sobrevivientes de la violencia que se describe en Verbo mata carita.

 

Verbo mata carita

Mientras M茅xico sufre una escalada de violencia donde los feminicidios van en aumento en ciertas localidades pululan proxenetas, llamados localmente lenones, padrotes o caifanes, que act煤an siguiendo las pautas de un manual no escrito y enamorando chicas de menos de 20 a帽os con el objetivo de ofrecerlas en el mercado de la prostituci贸n. A pesar de que el modus operandi no es un secreto, algunas j贸venes siguen cayendo en la trampa. 

En este art铆culo analizamos las condiciones econ贸micas y antropol贸gicas que conducen a una producci贸n en serie de prostitutas; a una 鈥渃osecha de mujeres鈥, como la llaman los implicados; y presentamos tambi茅n las razones por las que persiste impunidad, la que perpet煤a el enga帽o y conduce al aberrante crimen de la trata de adolescentes y ni帽as. 

Verbo mata carita dice la primera regla de El manual del padrote, una gu铆a no escrita que contiene las indicaciones exactas sobre c贸mo deben comportarse los enamoradores. No es necesario ser atractivo f铆sicamente para seducir; se enamora con palabras. Un buen padrote tiene que ser un buen psic贸logo para elegir a las m谩s vulnerables, es decir, a las m谩s necesitadas afectiva y econ贸micamente, porque el fin es sonsacar informaci贸n sobre sus vidas y familias, 煤til posteriormente en el chantaje. El Padrote las palabrear谩, verbearlas o terapiarlas 鈥 como dicen 鈥 hasta llegar al momento exacto en el que la chica est谩 lo suficientemente confiada. No tienen mucho tiempo y con frecuencia compiten entre ellos. El proceso de seducci贸n no suele pasar de dos meses porque resulta caro, aunque es financiado por las redes, e incluye: regalos, cenas, viajes y un particular teatro en el que se representa el ritual de recibimiento de la novia y en el que interviene toda la familia, real o ficticia, del pretendiente.

 

Es real, aunque apenas veros铆mil

En los pueblos de los estados mexicanos de Puebla y Tlaxcala, la econom铆a es intensiva; por ejemplo, en Chignahuapan la mayor铆a de la poblaci贸n se dedica a soplar esferas de navidad; en San Esteban Tizatl谩n, fabrican bastones; en La Trinidad, San Luis, Santa Elena y La Estrella, se especializaron en la seda y la lana; en Tenancingo, Olextla, Ayometla y Axotla del Monte, la econom铆a se basa en enamorar para prostituir despu茅s. Los chicos no imaginan un oficio m谩s rentable que el romanticismo.

Elizabeth P茅rez Corona afirma en su tesis universitaria Lenocinio como proyecto de vida de ni帽os y adolescentes de Tenancingo, Universidad Aut贸noma de Tlaxcala, del a帽o 2010, que entre un 30 y un 50 % de la poblaci贸n de Tenancingo se ocupa directa o indirectamente en el negocio de la explotaci贸n sexual. Es dif铆cil averiguar el n煤mero de personas y los montos econ贸micos que manejan, pero 鈥渟e ha prodigado tanto el oficio que un 26 % de los ni帽os quiere ser padrote鈥.

Los j贸venes crecen viendo el secuestro de mujeres y el negocio del sexo como algo normal y leg铆timo. La tradici贸n, la falta de aplicaci贸n de la ley, el prestigio social que otorga el dinero y la posibilidad de convertir en una carrera profesional la afirmaci贸n de su masculinidad, son motivos que perpet煤an esa creencia. 驴Cu谩ntos meses tienes que trabajar en una f谩brica para ganar lo que ganas en un d铆a si tienes una morra, una mujer? Es la pregunta que termina de persuadirlos para entrar en uno de los clanes, con todas las consecuencias.

Abundan las realidades que no se dejan narrar por demasiado atroces, como esta historia donde los hombres se dedican profesionalmente a enamorar y a hacer de las mujeres productos exportables. En el escenario del estado de Tlaxcala, aparecen casas verdes, un cocodrilo que come chicas y localidades con un horizonte de mansiones californianas rematadas por buhardillas. Es dif铆cil documentar lo que sucede en Tenancingo: los pobladores silban y dan palmadas cuando ven a un forastero, poco despu茅s las campanas de la iglesia tocan arrebato y la patrulla de polic铆a acompa帽a al intruso hasta la salida.

 

La etapa del enamoramiento

La fot贸grafa de este art铆culo, Alitzel, nombre ficticio usado por razones de seguridad, vive en Tenancingo. Cuenta que todo el mundo sabe en su barrio que las chicas que salen ocasionalmente a tomar el sol con una viejita y a veces entran a comprar jitomates o papas, 茅sas que est谩n en la casa pegada a la barda, est谩n secuestradas y enamoradas. Aqu铆 son sin贸nimos. Hoy no las han visto. 鈥淪eguramente son de otro sitio, de otros estados, como de Puebla o del cant贸n de al lado, para ellas todo est谩 lejos鈥, dice Alitzel. Nos cuenta que cualquiera de estos eficientes padrotes est谩 casado cuatro o cinco veces con mujeres de diferentes estados del pa铆s: 鈥淒e all铆 las traen a Tenancingo, 隆nunca simult谩neamente! Para que se conf铆en y se acostumbren. Todas son muy j贸venes, no sabr铆an a d贸nde ir si se escaparan鈥.

No hay que olvidar que las j贸venes est谩n enamoradas; dependen completamente de su enamorado y acaban de encontrar una familia que las acoge con cari帽o. Creen en lo que est谩n viviendo, viven en una buena casa; es la primera vez que tienen alg煤n lujo. No saben todav铆a que son v铆ctimas y que ese con el que se han casado es su victimario; tampoco saben a煤n que est谩n secuestradas, que ser谩n llevadas a prost铆bulos de la ciudad de M茅xico y que podr铆an ser exportadas.

La meticulosa aplicaci贸n del manual del padrote, la repetici贸n de los mismos elementos, produce una y otra vez la misma historia. Var铆a la ropa que llevan el d铆a del primer encuentro; var铆a el lugar del encuentro; la edad de la chica鈥 En el parque, a la salida de la prepa, en el paseo, con falda verde, con uniforme, con una blusa rosa; 15, 18, 20 dijeron Rosa, Juana, Karla鈥 C贸mo olvidar el momento en el que apareci贸 su pr铆ncipe azul: Un morrito normal que les prest贸 toda la atenci贸n y que les cont贸 que 茅l tambi茅n estaba triste y solito, y que tambi茅n hab铆a sido pobre. En todos los casos aquel morrito normal, despu茅s de narrar sus penurias les daba 谩nimos: La vida da muchas vueltas, les dec铆a, ahora todo hab铆a cambiado para 茅l, ahora ten铆a lana, y carro, y quer铆a compartirlo con ella(s), con Karla, con Juana, con Rosa鈥 Porque la(s) amaba. Las invitaba a cenar. Les hac铆a regalos. Les platicaba bonito y, sobre todo, no era bayunco, las respetaba. Se ve铆a que no era solo por coger que las asist铆a tanto.

Todas las j贸venes que han podido contar su historia coinciden en la incredulidad de haber encontrado a alguien tan chido (estupendo). Poco despu茅s les hab铆a dicho que se estaba construyendo una casa y no era un farol 隆Era verdad! Les dec铆a que les iba a ense帽ar la obra y que 鈥渆ra una mansionzota (mansi贸n enorme) bien padre que iba a ser para ella sola en cuanto la pudiera terminar 鈥 les dec铆a 鈥 No manches, c贸mo desconfiar si me present贸 a su mam谩鈥, recuerdan. Y ya, al rato se las robaba, con su consentimiento; se las llevaba a la casa familiar donde las trataban como si hubieran ganado un tesoro, como a una hija, y鈥 hasta hab铆a boda.

 

Segundo cap铆tulo: sufrir como una enamorada

Aqu铆 puede que termine el primer cap铆tulo de El manual del padrote, el de la t谩ctica inicial: enamoradas, secuestradas en casa de la familia de su marido sin sospechar nada. Pero antes debemos prestar atenci贸n a un mandato de la primera etapa que no puede pasarse por alto: el padrote鈥損roxeneta鈥揺sposo debe desaparecer con frecuencia. Dice que tiene que hacer negocios en otros estados del pa铆s. Se muestra como un trabajador atribulado que vuelve contando que todo le va mal, que est谩 contrayendo deudas, que est谩 desesperado porque sus chambas (trabajos) se han torcido.

Con sus ausencias, inaugura la fase segunda, donde la t谩ctica es administrar la atenci贸n de la mujer: amor es atenci贸n y los enamoradores deben ser expertos en administrarla, para crear en sus v铆ctimas s铆ndrome de abstinencia.

鈥淓ntonces me empieza a decir que no pod铆a afrontar esa ruina ante su familia, que su negocio est谩 en la quiebra (en este punto del testimonio, cambia el gremio, en un caso el de la pintura; en otro, la construcci贸n o la maquinaria agr铆cola) Me dice que lo mejor es que nos vayamos a Ciudad de M茅xico, que all铆 tendremos m谩s posibilidades de remontar鈥. Y claro, ellas quieren su compa帽铆a y ayudarlo, as铆 que se van con 茅l a un apartamento diminuto en un barrio espantoso. 鈥淓ntonces 茅l comenz贸 a ausentarse m谩s" (aqu铆 cambian los plazos en los diferentes relatos. El marido de una se va dos d铆as o tres; el de la otra, una semana鈥 Ellas les proponen buscar un trabajo cuando regresan desesperados). 鈥淵 ah铆 se me bajoneaba 麓隆C贸mo me vas a echar la mano con los cuatro pesos que ganar铆as de limpiadora! 隆Quieres que vivamos una vida de pobretones! 隆Ahora que por fin conociste el placer de los lujos quieres que me rinda!麓 Y acto seguido, empieza a contarme la historia de un carnal que tuvo problemas como 茅l, pero su esposa se estuvo prostituyendo una temporada y acabaron la casa y salieron de aguas, una temporada y ya鈥.

Y ya. Ya estaban lo suficientemente alienadas como para no resistirse ante La pregunta: 驴T煤 no har铆as eso por m铆? A otras mujeres ni siquiera se la hicieron, pero a todas las llevaron a las casas verdes, el color que suele identificar los prost铆bulos en Ciudad de M茅xico.

 

De frente y sin retorno

En este punto del relato, algunas se resistieron. Entonces el padrote las golpeaba o las embarazaba, caso este 煤ltimo que le procura dos rehenes: madre y beb茅; separarlos, facilita que la v铆ctima obedezca. Con o sin beb茅, aqu铆 empieza la fase donde la coacci贸n y la violencia son directas y expl铆citas, ya no hay enga帽os, ni disimulo. En esta etapa, la tercera, las mujeres se dan cuenta de que su padrote tiene otras mujeres y de que tambi茅n las prostituye. Un padrote puede manejar hasta cinco mujeres a las que mantiene en diferentes ciudades.

Muchas de las v铆ctimas del particular modus operandi de este grave crimen son trasladadas a casas de seguridad, secuestradas y vigiladas hasta que se produce un nuevo viaje, normalmente a otro estado: de Chiapas a Chihuahua; de Coahuila a Texas; de Durango a Nuevo Le贸n; de Yucat谩n a Veracruz鈥 Eso s铆, nunca al de su origen donde podr铆an encontrar ayuda. En algunos casos, las env铆an a prost铆bulos de EE. UU. o de Europa; en otros, las encierran en Ciudad de M茅xico, hacinadas en las casas verdes del barrio de la Merced. Unas pocas logran escapar y muy pocas logran hacer una denuncia.

Una parte de las sobrevivientes reconoce que lleg贸 a acostumbrarse, convencidas de que trabajaban en burdeles provisionalmente, para sostener a su familia; otras porque segu铆an viendo al victimario como su protector y 煤nico v铆nculo afectivo. Pero la mayor铆a aguant贸 sometida por las amenazas contra la familia, y por las torturas y la violencia a las que fueron sometidas, violencia f铆sica, psicol贸gica y sexual. Alguna m谩s rebelde terminar谩 en las fauces de un cocodrilo. A煤n no saben que, como cualquier producto, sus verdugos les han puesto fecha de caducidad: 15 a帽os suelen considerar el m谩ximo plazo de su vida 煤til como prostituta; despu茅s pueden ser trasladadas a prost铆bulos legales de Tlaxcala, donde unas terminan convirti茅ndose en madrotas para la organizaci贸n criminal, y otras, sobreviviendo a duras penas.

 

La tradici贸n

El robo de la novia es una de las costumbres m谩s universales y machistas que ha existido en el planeta, y se perpet煤a en muchos pa铆ses a煤n. En M茅xico, era un ritual, generalmente con la finalidad de ahorrarse el banquete de la boda. El novio se llevaba a la chica a su casa con el consentimiento del padre y de la madre de 茅l; un par de d铆as despu茅s todos ped铆an disculpas por el robo a la familia de la desposada y el matrimonio se daba como reconocido, con plena validez por parte de la comunidad. En la actualidad, la pr谩ctica de aquella tradici贸n se revive, y se aprovechan de ella ancianos que secuestran a ni帽as y los padrotes; los padrotes son quienes m谩s practican el atavismo.

Ahora, adem谩s del recibimiento y del robo de la novia, el negocio de la trata de mujeres, adolescentes y ni帽as, principalmente en los pueblos de Puebla y Txacala, se ha apropiado de un modo estrat茅gico de todas las fiestas religiosas y populares, en especial de otra tradici贸n, el carnaval. Son los padrotes, los ricos de la comunidad, quienes tienen el poder real: pagan todos los festejos, tienen secuestradas a las autoridades locales con regal铆as y son la fuente de trabajo. Por eso han adaptado el carnaval a sus necesidades y lo utilizan para medirse a golpes con el clan rival y exhibir el bot铆n: sus prostitutas. Ellos argumentan de un modo bien peregrino que esa forma es la mera herencia de la tradici贸n azteca. Tradici贸n tambi茅n significa que hace m谩s de cuarenta a帽os que las sociedades perpet煤an sistem谩ticamente las mismas pr谩cticas que atentan contra la vida de ni帽as y mujeres.

 

Impunidad

M茅xico ha ratificado pr谩cticamente todos los convenios internacionales que se refieren a derechos humanos fundamentales, como la libertad, la salud, el derecho a un desarrollo sano y a una vida libre de violencia, entre otros; derechos que est谩n recogidos en la Constituci贸n. Pero la normatividad entra muchas veces en contradicci贸n y los est谩ndares de los tratados internacionales ratificados, quedan sin aplicar. En el negocio de la trata de personas y esclavitud sexual, las mafias act煤an con absoluta impunidad, es m谩s, logran imponer sus intereses, son ellas quienes imponen sus propias leyes.

En la pr谩ctica existe un doble poder con una gran porosidad, los responsables de la seguridad p煤blica y los funcionarios participan del contubernio, y los proxenetas de la zona han desarrollado una manera de protegerse mediante la participaci贸n en los asuntos colectivos: financian mejoras p煤blicas, restauran iglesias y canalizan el agua potable; adem谩s, detentan cargos religiosos y pol铆ticos; muchos han llegado a ser servidores p煤blicos, presidentes, s铆ndicos y regidores. El informe Un grito silencioso. Trata de mujeres en M茅xico (caso Tlaxcala), publicado por la Universidad Aut贸noma de Tlaxcala, a trav茅s del Centro de derechos humanos 鈥淔ray Juli谩n Garc茅s鈥 afirma: 鈥淓n Olextla, un caif谩n lleg贸 a ser diputado local y concentr贸 poder pol铆tico y religioso en todo el municipio y la regi贸n鈥. 

Los proxenetas rurales se protegen entre s铆 y mantienen relaciones amistosas con los cuerpos policiales y judiciales, locales y estatales. Se afirma en Un grito silencioso: 鈥淭ambi茅n las autoridades municipales suelen encontrar argumentos a favor del ejercicio de la prostituci贸n sugiriendo que con ella bajan los 铆ndices de violaciones. Dentro de esta discusi贸n p煤blica encontramos que las autoridades reconocen que existe el problema de explotaci贸n sexual, sin embargo, mencionan que no son una autoridad competente para resolver el problema鈥. Por si todos los mecanismos de corrupci贸n y dominio social fallaran, los padrotes se cuidan de prostituir a las mujeres en Tlaxcala, ni en la tierra del victimario ni en la de la v铆ctima, dice el mandato del manual.

Dice la autora brasile帽a, Rita Segato, en su libro La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Ju谩rez: territorio, soberan铆a y cr铆menes de segundo estado: 鈥渆xiste una permisividad y naturalidad, que es como una cortina de humo que esconde el verdadero motivo, la crueldad de los m茅todos es un mensaje de poder que tiene que ser interpretado por un receptor, la comunidad, y que debe repetirse una y otra vez para ser efectivo. La soberan铆a es definida como el control de un legislador arbitrario sobre el territorio y sobre el cuerpo de otros". Lejos de esconderse, los padrotes exhiben su poder de dominio y muerte ante los destinatarios vivos.

En la zona del sur de Tlaxcala casi nadie denuncia, a pesar del cartel que invita a hacerlo en la entrada de la carretera. Existe un pacto t谩cito por el cual las muchachas de los pueblos son excluidas del bussines, ese es el punto de equilibrio entre mafia y comunidad. Cuando hay un trato entre la organizaci贸n criminal y el padre o el marido de la joven, a cambio de un porcentaje, el acuerdo suele ser respetado; es demasiado arriesgado enfrentarse a quienes todo lo controlan. Por su parte, las familias de las v铆ctimas tratan de denunciar aun sabiendo que hay pocas posibilidades de que las escuchen.
A la normalizaci贸n del abuso y al miedo, se suman la impunidad y la negligencia, para muestra el dato que public贸 el Centro Fray Juli谩n Garc茅s sobre el estado de Tlaxcala, en 2015: el 81 % del profesorado se帽al贸 que la Secretar铆a de Educaci贸n P煤blica no hab铆a implementado un modelo de informaci贸n sobre las causas y consecuencias de la trata de personas dirigidas a las y los estudiantes. Es un dato preocupante si se tiene en cuenta que los colegios son los centros donde las j贸venes son captadas y los j贸venes, convertidos en reclutadores; mientras ellos son contratados para seducir, enamorar, enga帽ar, chantajear y explotar; y ellas, sometidas a torturas y violencia.

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