"Necesitamos más espacios, más poder y más participación"

"La población quiere un cambio. La economía estaba muy mal. El boom económico, que coincidió con el fin de la guerra, no se usó para diversificar la economía". La periodista Suzana Mendes resume así el panorama económico de Angola; el mismo que ha llenado de hartazgo a la población que vivió en la guerra, y que deseaba ver a su fin cambios profundos; y de impotencia a las generaciones más jóvenes nacidas en el postconflicto, quienes también esperan mayor igualdad.

Unos y otros, aproximadamente nueve millones de votantes, acudieron a las urnas el pasado 23 de agosto a unas elecciones calificadas de históricas por no contar, por primera vez, con el presidente José Eduardo dos Santos como candidato a la presidencia.

Aunque el resultado de las elecciones ha dejado al frente del país al mismo partido Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA), en el poder desde 1975, hay fuerzas vivas jóvenes que pujan y reivindican espacio, como las feministas, quienes han salido a las calles de Luanda en defensa del derecho al aborto.

 

Petróleo, siempre petróleo
La no diversificación económica ha provocado la dependencia casi total del gigante sudafricano de su petróleo. En 2013, la caída de su precio redujo los ingresos de Angola en un 60%. Un batacazo enorme si se tiene en cuenta que el país vive desde los años de la guerra por y para la explotación de crudo. A pesar de las dificultades, continúa siendo el segundo mayor productor de África, con una media diaria, actualmente, de 1,8 millones de barriles, que representan casi el 70% de los ingresos del Estado y el 95% de sus exportaciones.

Pero además, la corrupción y la concentración de riqueza en pocas familias son dos factores no menores que mantienen a Angola en el puesto 150 de 188 en el Índice de Desarrollo Humano. Según éste la cobertura de la educación primaria no supera el 10%; a salud se destina un 2,1% del PIB; las tasas de mortalidad infantil y materna son de las más elevadas del mundo, con uno de cada cinco infantes muerto antes de llegar a los cinco años, y se calcula que 640 mujeres mueren por cada 100.000 bebés nacidos.

Sobre esta brecha social y económica, la periodista Suzana Mendes dice: “La riqueza esta hiper concentrada. Se han aprobado planes y normas para combatir la pobreza pero la corrupción, unida a la centralización del poder no han permitido tener resultados, en consecuencia el desarrollo para la población ha sido lento”.

 

Mujeres en la lucha ideológica
Sin entrar en la época pre colonial y la actuación de reinas y matriarcas, la participación de las mujeres en la guerra por la independencia de Portugal supone un momento trascendental en la organización de las mujeres del país. A partir de mediados de los años 60 del siglo XX, las angoleñas se reúnen en movimientos políticos según su afiliación ideológica, y así crean tres formaciones: la Liga de mujeres angoleñas (LIMA), adscrita a la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA); la Organización de la mujer angoleña (OMA), del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA); y las del Frente Nacional para la Liberación de Angola (FNLA). Las dos primeras -que se corresponden con el partido más importante en la oposición, antes movimiento rebelde, UNITA; y con el partido en el poder, ganador de la guerra, MPLA, respectivamente- continúan siendo las dos entidades con el mayor número de afiliadas y de incidencia en la Asamblea Nacional.

En relación a estas organizaciones de mujeres, y entrevistada en el año 2013 por LolaMora, la investigadora del proceso de descentralización política y administrativa, Cristina Udelsmann Rodrigues, comentaba que en estas organizaciones hay intentos por vaciarse de ese “carácter partidario” que marcó sus orígenes. “Pero no veo de qué manera podrían participar las asociaciones de mujeres si permanecen a la sombra de los hombres”. 

 

Participación en el postconflicto
El papel de las mujeres en los procesos de construcción de paz y de reconciliación guarda relación con el lugar que tienen las mujeres en sus respectivas sociedades. En muchos casos, los acuerdos de paz son negociados entre hombres porque son ellos los que desempeñan las funciones de soldados y de políticos.

Angola no ha sido una excepción. Durante la guerra interna, post independencia, de 1975 a 2002, hubo mujeres que fueron combatientes, base social imprescindible en la guerra de guerrillas, informantes; cocineras o esposas. Mientras algunas empuñaron las armas; otras muchas fueron forzadas a incorporarse a la contienda militar, como combatientes o en otras tareas de apoyo logístico. A pesar de ello, les fue vetada su participación en las negociaciones de paz y por tanto, en el proceso de reconstrucción posterior.

En 2002, UNITA y MPLA sellan un acuerdo definitivo de paz. Ni la OMA ni LIMA fueron invitadas a la mesa de negociaciones. La analista angoleña Henda Ducados hizo la siguiente reflexión en 2004: "Las mujeres fueron excluidas de las principales negociaciones de paz. Ni OMA ni LIMA han tenido roles influyentes en los procesos de negociación. La sociedad angoleña sigue estando dirigida por hombres, aunque los derechos de las mujeres están reconocidos en la Constitución, poco se hace en la práctica. A pesar del liderazgo mostrado por las mujeres y de la asunción de nuevos roles durante la guerra, queda un largo camino por recorrer para lograr igualdad de género en Angola. Tema de herencia, responsabilidad paterna, etc. El mayor obstáculo para la realización de estas disposiciones constitucionales reside en que la sociedad angoleña es machista, donde los derechos de las mujeres con frecuencia son violados a favor de la conservación de una estructura patriarcal heredada de los ‘valores tradicionales’ de África. Los caminos recorridos por mujeres como soldados, lideres, activistas, sobrevivientes y víctimas de una de las guerras más cruentas de África tienen que ser todavía mucho más debatidos y mucho mejor comprendidas sus implicaciones".                                                                                                                                                                                                                                                                                                                               

 

Obstáculos y desigualdades
La perspectiva de género estuvo casi completamente ausente en la construcción de la paz de Angola y en el diseño de las políticas de reinserción de combatientes a la vida civil. Esta miopía es una de las causas que ha impedido a las mujeres estar presentes en política, tanto en instancias nacionales como locales.

Suzana Mendes es una periodista cuya formación en género y activismo en favor de los derechos de las mujeres se traducen en análisis críticos de la actualidad donde la equidad y la violencia doméstica aparecen en el centro de su discurso. Hoy, es una veterana profesional y un referente del periodismo angoleño. A propósito de las elecciones generales en Angola, del pasado agosto, LolaMora conversó con la periodista Suzana Mendes sobre los avances en la participación de las mujeres en la política y los obstáculos a la misma.

 

LolaMora: ¿Cuál ha sido la participación de las mujeres en las elecciones pasadas?
Suzana Mendes: El 52% de la población de Angola son mujeres y, aunque a las últimas elecciones celebradas en agosto participaron mujeres, ninguno de los dos grandes partidos políticos, MPLA y UNITA, presentó candidatas a la presidencia o a la vicepresidencia. El brazo femenino de los partidos políticos prefiere quedarse en cargos de administración, de gestión de programas sociales, etc. Las mujeres enfrentan muchas dificultades, persisten las desigualdades aunque hay ciertos avances en este campo.

LM: La ausencia de mujeres en el proceso de construcción de paz ha sido un obstáculo que ha impedido un progresivo aumento de la participación de las angoleñas en todos los ámbitos de la vida. ¿Qué otros obstáculos has identificado?
SM: La violencia doméstica, sin duda.

 

El primer registro nacional de género
Suzana Mendez proporciona los datos del primer “Informe analítico de género” realizado en Angola, presentado este año, que contiene información del quinquenio 2013-2017, y que ha sido elaborado por el Ministerio de Familia y Promoción de la mujer (MINFAMU), con el apoyo de Naciones Unidas. El documento es una compilación de los datos registrados por entes públicos, incluyendo las provincias, con su respectivo cruce y análisis cualitativo.

El “Informe analítico de género de Angola” destaca que el 32% de las mujeres entre los 15 y los 49 años ha sido víctimas de violencia física; en el 70% de los casos el perpetrador fue el marido o ex marido o ex pareja.

 

LM: De tu análisis, además de la violencia doméstica ¿Qué otras situaciones perpetúan la discriminación de las mujeres?
SM: La precaria situación de las mujeres en las zonas rurales. La juventud tiene ahora más acceso a la educación; estos jóvenes no vienen de la guerra y, por lo tanto, quieren modernidad, mejoras. Pero la brecha con las zonas rurales es enorme. El acceso a salud materna es deficiente, el acceso a la educación no es universal. Así que mientras la juventud urbana es vibrante y reclama cambios a un Estado copado por dinosaurios políticos; la que vive en el campo no alcanza a que se cubran las necesidades más básicas. Menos aún para las jóvenes y las niñas.

Al respecto de esto, el análisis de género del MINFAMU muestra que el 25% de las mujeres rurales, entre 15-49 años han sido alfabetizadas, y el 63% de los hombres rurales. En la ciudad, 72% de mujeres frente a 92% de hombres.

 

LM: Y ¿cómo es el movimiento feminista en Angola?
SM: El movimiento feminista está fuerte. Las más jóvenes se pusieron a la cabeza de aquel movimiento [por el derecho al aborto], ellas son combativas y mostraron tener agenda propia. También las mujeres campesinas y rurales han avanzado en los últimos diez años en la conquista de sus derechos. Las mujeres reclaman más espacios. También las del MPLA y UNITA, pero como la clase política es la misma que la que había en los años 60, 70... Atender a la mujer rural es el gran desafío pero también a las que viven del comercio informal, que en la capital se cuentan por miles y cuya situación en crítica, sin seguridad de ningún tipo ni en salud, ni física, ni económica, ni familiar.

LM: ¿Qué reivindicación reciente destacarías?

SM: En este panorama, un hecho probó la fuerza y cohesión del movimiento de mujeres y la importancia de la incorporación a los mismos de mujeres jóvenes. A principios de año, las mujeres organizaron debates y acciones para evitar que la clase política volviese a adoptar viejas prohibiciones del aborto, que querían anular las tres causales y volverlo un crimen en cualquier circunstancia, en el código penal. Se logró evitar y ganaron las mujeres, manteniéndose las tres causales por violación sexual, riesgo para la madre y malformación del feto.

 

Inmovilismo político y pobreza
Desde el pasado 29 de septiembre, Angola tiene, por primera vez en 38 años, un presidente de la República diferente: João Lourenço, delfín de O mais velho o El más anciano, es decir el ahora ex Presidente, José Eduardo dos Santos, quien se retiró de la primera línea de actuación política pero no del círculo amplio del poder. Tras las elecciones, su partido, MPLA, retiene también la mayoría de diputados, 150 de 220.

 

LM: ¿Qué caracteriza al nuevo presidente de Angola?
Suzana Mendes: João Lourenço es un líder histórico del MPLA pero una generación más joven que Dos Santos (74 años) y fue Secretario General del partido, un cargo de mucho poder. Ha sido Ministro de Defensa y un General muy respetado. Es un hombre reservado, habla poco y por eso mismo leer sus intenciones no es tarea fácil. Si romperá con la línea dura que emana de Dos Santos es difícil de dilucidar, además Dos Santos sigue siendo el líder del partido. Los próximos años serán complejos.

LM: ¿Y cómo es políticamente la sociedad angoleña que recibe esta etapa nueva?

SM: La oposición es políticamente más madura. En estas elecciones aparecieron partidos nuevos, alianzas de viejos pero también de líderes más jóvenes. Pero la corrupción impide los progresos. El país necesita un líder nuevo y salir del hoyo económico. La ciudadanía, en general, interactúa más, interpela más al poder. Si João Lourenço tuviera sentido del cambio…

LM: Respecto a las mujeres, ¿qué cambios te gustaría ver en los próximos años?
SM: Un poder real para las mujeres. Que puedan tener su lugar en la economía, la sociedad, la política; necesitamos más espacios, más poder y más participación.