Intro

Desde Chocó, departamento colombiano golpeado por el abandono del Estado y la violencia del conflicto armado, y desde la capital, Bogotá, las mujeres expresan sus esperanzas y reservas respecto al proceso que se abre con el acuerdo de paz firmado. 

Image
Hide date
No

En 2016, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Gobierno de Juan Manuel Santos firman el “Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”, que pone fin a más de 50 años de conflicto armado interno en Colombia. 

Gracias al trabajo de las mujeres colombianas, este es el primer acuerdo de paz en el mundo que tiene, formalmente, enfoque de género. Ni hay optimismo general ni consenso respecto a los avances en materia de género entre las organizaciones colombianas e internacionales de mujeres o movimientos femnisitas. No obstante, quedó materializado formalmente la negativa de amnistía para los crímenes sexuales perpetrados en el marco del conflicto armado; un logro único en un acuerdo de paz. En este sentido, la Red Nacional de Mujeres, SISMA y la Corporación Humanas tienn la Plataforma 5 Claves para un tratamiento diferencial de los crímenes de violencia sexual en la justicia transicional.

En Antioquia, Cauca, Valle del Cauca y Chocó, departamentos golpeados históricamente por la violencia y el conflicto armado, fundamentalmente en sus zonas rurales, veredas, comunidades y resguardos indígenas, las mujeres expresan esperanza y reservas. Por un lado, sienten preocupación ante el proceso de desarme y reintegración a la vida civil de las y los guerrilleros, así como la perspectiva de que un recrudecimiento de la violencia, si el gobierno no tiene en cuenta las causas estructurales del conflicto.

La pobreza, la desigualdad, el desempleo, la falta de titulación de tierras y el abandono del Estado, entre otros, son algunos de los problemas graves que padece el departamento del Chocó, según cuenta desde la capital, Quibdó, Claudia Palacios, coordinadora departamental de la Ruta Pacífica de las mujeres.

Luz Piedad Caicedo, de Corporación Humanas, en Bogotá, advierte de la ausencia de planes para el control de las fuerzas paramilitares y bandas criminales que operan en el país.

Como dicen, la paz completa no llegará a Colombia hasta que no haya acuerdos con la otra guerrilla histórica latinoamericana, ELN, y no se desmanleten y combatan el paramilitarismo y otras estructuras organizadas armadas, como dice Rosa Emilia Salamanca, desde Bogotá.

Las propuestas, las miradas y los análisis de las mujeres organizadas se mezclan indudablemente con las ganas y la esperanza de ver y de vivir, por fin, en un país sin guerra.